Educación

سوريا SYRIA

¿Adónde fue la cordura?

¿La furia y la metralla han podido más que ella?

Un marzo envuelto en codicia y desatino,

un dos mil once sin tregua, sin espacio,

sin tiempo para la mesura…

ese tiempo preciso para pensar faltó,

la pausa necesaria para salvar la cultura,

Las ruinas ya dejaron de ser ruinas,

no existe la palabra.

¿En dónde estás, Palmira?

¿Qué ha sido de Damasco, de las tardes de narguila y de Backgammon?

Háblame del Ramadán, de la Gran Fiesta del Aíd,

del final del Ayuno,

de los helados de pistacho en cada esquina,

de las infinitas calles oliendo a café con cardamomo,

de los hornos en fila jadeantes de calor,

con el quinto sabor de las shawarmas?

¿Qué se hizo el bello contraste de Hamra

con sus casas de mármol,

ocultando los bailes de caderas entre burkas y hiyabs?

¿Cuándo, Damasco Viejo, volveré a ver aquellas luces mortecinas de Las Mil y Una Noches?

¿Dónde se encuentra aquella

pulcra casa de adobe,

de pasadizos revueltos

entre almohadones y versículos del Corán?

Un frío sentencioso me contesta.

¿Dónde están mis amigos,

con quienes intercambié a diario un “hola”

y un “marhabá” y un “badén” y un “después”?

Maja, Abdul, Ghazi, Muhaimar, Said,

¿dónde quedaron sus sonrisas perfectas, tan llenas de esperanzas, de ambiciones, de amor, pintadas en ingenuos labios que nunca hablaron de guerra?

¿Adónde han ido a parar tantos sueños?… ¿Acaso alguna vez existió la cordura?

Susy Yen Peña, 14 de junio del 20212021

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